Moda y política: diseñadora analiza el "lujo silencioso"

"En un contexto de crisis económica, desigualdad creciente y desconfianza hacia la clase política, el lujo silencioso se instala como un nuevo código estético. A diferencia del lujo ostentoso de otras épocas, este se caracteriza por su discreción, minimalismo y sofisticación sin logos", señaló la villamariense Valentina Corchero, diseñadora de indumentaria.

 

En diálogo con Fibra, comentó que en  Argentina algunos referentes políticos han adoptado este estilo que "comunica poder, estatus y pertenencia a una élite sin necesidad de mostrarlo de forma explícita".

 

Detalló que el lujo silencioso, también conocido como "quiet luxury", es una tendencia global que privilegia prendas de alta calidad, diseño sobrio y materiales nobles, sin exhibir logos o marcas. Marcas asociadas son Loro Piana, The Row, Max Mara, Brunello Cucinelli.

 

Resaltó que este estilo "transmite exclusividad sin ostentación". "El mensaje es: tengo dinero, pero no necesito demostrarlo", precisó. "En un país con alta sensibilidad hacia la desigualdad, mostrar riqueza puede generar rechazo o polémica. Los referentes políticos, especialmente aquellos con altos cargos, optan por una estética cuidada, sobria y profesional. El lujo silencioso permite evitar el escándalo de la ostentación, pero seguir comunicando estatus", analizó Valentina.

 

En relación a los casos visibles en la política local, mencionó el uso de prendas de diseño nacional de alta gama, generalmente de autoras o autores poco conocidos pero exclusivos; y el estilo "understated", con trajes a medida, camisas de algodón egipcio, relojes de lujo sin logos visibles y accesorios en cuero natural.

 

Además dio ejemplos de gestos sutiles: autos blindados sin personalización, oficinas austeras pero con detalles carísimos.

 

"El lujo silencioso es una herramienta de comunicación simbólica. En la política argentina, donde la estética tiene un fuerte componente ideológico, vestir con discreción pero con calidad es una forma de navegar las aguas turbulentas de la percepción pública. No es solo cuestión de estilo: es también una forma de ejercer el poder", analizó la profesional. 

 

 

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